"Desde ahora, hablaremos en español..." Esta es la frase inicial de una joya de la cinematografía mexicana de 1966 intitulada "El Santo Contra la Invasión de los Marcianos". Se que aisladamente la frase no dice mucho. Sin embargo, les pido que hagan un esfuerzo para imaginar a Wolf Ruvinskis -quien resultó ser tío lejano de una buena amiga que lo ha negado por décadas- en actitud determinada, es decir, erguido, sacando el pecho y puños a la cintura, vistiendo un atuendo confeccionado seguramente por artesanos del mercado de Granaditas consistente en capa al parecer plateada, pantalón de luchador, torso desnudo y una especie de turbante con un motivo alegórico de tipo masón.
La razón por la que decidió abandonar su lengua materna y adoptar la de Cervantes era su inexorable plan de invadir y destruir México. Esa adopcíón lingüistica parece entonces obvia, no así los motivos de tal invasión.
Según explica Ruvinskis a su secuaces, tal acto de destrucción no tiene fines de dominación, sino es un acto protesta...un acto de protesta pacifista y antiarmamentista.
Así es; por aquellos años de guerra fría, el rumor de que el hombre era capaz de autoanilquilarse había llegado a oídos marcianos, quienes al parecer ya tenían una conciencia social y ecológica superior a la nuestra, y alarmados decidieron tomar cartas en el asunto. Hasta aquí, parece una protesta con olor a pachuli como cualquiera de las que se daban por esos ayeres. Sin embargo, lo extravagante de la misma se aprecia cuando Ruvinskis dice que el "Alto Consejo" se pronunció por una solución radical de corte ejemplar: destruir al país "más pacifista del mundo". Es aquí donde el argumento empieza a hacer agua. En resumen, la solución planteada por las autoridades marcianas era dar una lección contundente a la raza humana aniquilando a un país que se había manifestado en contra de las armas nucleares -recordemos los famosos tratados de Tlatelolco y el Premio Nobel de la Paz entregado años más tarde a Alfonso García Robles por esos esfuerzos- y que obviamente no poseía ninguna. No se ustedes, pero yo no creo que haya sido la mejor de las estrategias.
En fin, cuando se decide llevar a cabo el plan, los marcianos descienden en las más "modernas instalaciones deportivas de la época": El deportivo de la Magdalena Mixiuca, que estaba flamante ya que se acercaban las Olimpiadas. La razón fue que la primera parte del plan consistía en acabar con la juventud. Esto resulta bastante raro, ya que además de que fulminar niños haciendo uso de la facultad de desintegrar materia con un tercer ojo -es decir, el motivo masón del turbante que además hipnotizaba- seguramente hubiera sido más que facil, tuvieron la ocurrencia de comenzar a hacerlo con el grupillo que en ese momento recibía instrucción luchística por el único humano capaz de detenerlos. Punto menos para el Estado Mayor marciano.
Obviamente, salvo 2 o 3 incautos que fueron desintegrados, el plan fue frustrado por el Santo en varias ocasiones, lo que llevó a Ruvinskis a tomar otra descisión desfortunada. En vista de que eran fácilmente reconocidos por su atuendo y su ojo destructor -con el que,insisto,les hubiera bastado para acabar con todo el planeta o por lo menos dejarnos a todos idiotas con sus poderes mentales-, este personaje decidió que lo más conveniente era renunciar a esa única ventaja y confundirse entre los humanos. Este plan consistió en meterse a una cámara de transformación de la cual salían sin el turbante y semidesnudos, portando una toga y un enorme cinturón de teletransportación. Es en este momento cuando todo el comando recibe nombres para andar de "undercover" como Artemisa,Venus, Apolo, etc. Aquí, además de una pésima estrategia, se aprecian problemas de logística y mala comunicación. No es posible que Argos -Ruvinskis- no se comunicara al Estado Mayor,que tan bien enterado estaba de política internacional terrestre, para pedir asesoría y ver desde cuando no se usaban las togas romanas y los nombres griegos.
Obviamente, no pasaron desapercibidos y nuevamente el Santo les partió la madre, ahora con más holgura ya que tuvieron que combatir cuerpo a cuerpo al faltarles la capacidad de desintegrar e hipnotizar, además de que logró apoderarse del cinturón teletransportador de un marciano que inutilmente trató de zafarse de una "de a caballo" en vez de usarlo y largarse. Esto evidencia también un pésimo entrenamiento e incapacidad de tomar decisiones en combate.
No quiero demeritar el triunfo del Santo -no les estoy contando el final, pero creo que es lógico ya que México sigue en pie-, que fue grandioso y honorable. Pero qué se podía esperar ante tanta incompetencia del rival, misma que el héroe mexicano supo aprovechar tan bien. Recordemos que ya para esas fechas el Santo estaba consagrado en el ring y había enfrentado y derrotado a zombies, hombres infernales, mujeres vampiro, brujas y hasta a vulgares profanadores de tumbas. Osea, los marcianos, mal y de malas.
Talvez un amigo tenga razón y de aquí provenga la expresión "lógica marciana", y no me sorprendería que si alguna vez hubo vida inteligente en Marte, se haya extinguido precisamente por malas decisiones de guerra y gobierno.
martes, agosto 31, 2004
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