Ustedes no están para saber esto, pero creo que no está de más tenerlo presente por si algún día se enfrentan a una situación similar, y tal vez así puedan evitar el ridículo.
Me imagino que como muchos, fui parte de esa explotada muchedumbre que no gozó del beneficio laboral consistente en no trabajar el viernes 17 de septiembre. Más aún, en vez de ser una jornada traquila, a media marcha y sin corbata, yo tenía el imperativo de estar en los tribunales locales a las 10 de la mañana con el fin de entrevistarme con un cliente a quien no conocía personalmente y atender con él un asunto de cierta importancia. El día anterior lo había comenzado, como todos, en una fiestecilla muy divertida iniciada la noche del 15 y continuó con una larga jornada de haraganería, de manera que mi aspecto al despertar el 17 era precisamente el que ustedes imaginan.
Bueno, el infierno comenzó a divisarse desde el patrio día anterior, en que fuimos tardíamente avisados por la administración del condominio sobre la falta de agua que padeceríamos durante el "puente". Para entonces ya nos habíamos encargado de usar toda la que teníamos disponible y no quedó ni un miserable chorro. Imediatamente subí a la azotea e intenté robar agua del tinaco contiguo cuyo propietario sí disfruto del asueto, pero tal conducta delictiva no superó el grado de tentativa. El primer obstáculo consistió en casi caer de la azotea al tropezar en la oscuridad con los desechos de cable coaxial de mi antigua conexión ilícita de cable de la que disfrute casi diez años, y el cual pensé que se habían encargado de retirar cuando contraté televisión vía satélite -misma que me fue cancelada por falta de pago (¿qué esperaban después de diez años de gratuidad?) y cuya parábola receptora también forma parte de los desechos peligrosos de la azotea de mi edificio-. La segunda y definitiva dificultad, pasado el susto y la posibilidad de acabar incrustado en el domo de mi comedor mientras mi familia cenaba, fue que ya trepado en los tinacos, no pude lograr reproducir el fenómeno físico famoso en que uno absorbe agua por un extremo de una manguera corta de un recipiente lleno y como por arte de magia la misma sale y sale hasta nivelarse en un recipiente vacío. Agradecería mucho que un entendido en estas artes -no importa si es un ingeniero hidráulico o un profesional del robo de gasolina- me hiciera saber si esto es uno de esos tantos mitos del cine y la televisión o simplemente el que escribe es un completo inútil. No descarto la posibilidad de que ambas cosas sean verdaderas. En fin, esa noche dormí más sucio que de costumbre por estar abrazando tinacos y manipulando mangueras, y sin una gota de agua con la cual asearme al despertar.
Me levanté con el tiempo suficiente para empacar la ropa necesaria y correr en busca de socorro en casa de un amigo...amigo quien después de una gran celebración de las fiestas patrias y del cumpleaños de su novia obviamente no estaba en su casa y no contestaba el celular. Esto era facilmente predecible, pero la prisa y tal vez un poco de la mugre del tinaco vecino que permanecía entre ceja y oreja nublaron mi razonamiento.
La hora de la cita se acercaba, yo recorría Tlapan hacia el Centro tratando de acercarme lo más posible hacia mi destino en lo que encontraba una solución y lo único que resolví fue metérmele bruscamente a un pesero y entrar en el "Motel Portales". No se si los ocasionales asistentes a estos lugares donde en palabras de los Ángeles Azules "se hace el pecado del amor" hayan notado que la mayoría de los mismos se ubican en la dirección sur de la mencionada calzada, en particular aquellos de modalidad "garage" -donde solamente se estira la mano fuera de la ventanilla ligeramente abierta con el billete y sin más preguntas se nos indica donde estacionarnos-. Sin embargo, los moteles de este tipo no existen en la dirección norte y en general casi no los hay del tipo que sea. Esta aguda observación determinó que diera tal volantazo, ya que el mencionado lugar podía ser la última regadera a mi alcance.
El paso siguiente fue el bajar con toda mi indumentaria en los brazos y aproximarme al "Front Desk", que estaba tras un vidrio sepia y una reja, lo cual casi imposibilitaba la comunicación visual y auditiva. Además, contrariamente a lo que podría pensarse siendo un viernes de puente a las 9 de la mañana, estaba atiborrado de parejillas que se veían igual de ansiosas que yo, aunque seguramente por otros motivos. Al llegar mi turno y después de ser examinado por la encargada con la viva mirada de la desconfianza, se me preguntó textualmente "¿Qué quiere?". A esto respondí que obviamente una habitación, la cual dejaría en unas pocas horas, como todos. Extrañada y bastante hostil, la dependienta me preguntó por "la otra persona".
-No hay otra persona
-¿Y entonces?
-¿Entonces qué? Vengo solo.
-¿Solo?
-Si. Solo y bastante apurado.
-¿Seguro?
-Si, señorita. Se cuando estoy acompañado.
-Ah...pues así no puede pasar.
-¿Por qué no?-pregunté con desconcierto y cierto enojo- Tengo prisa.
-Porque nadien puede subir. Aquí no es de esos para esperar a esas de los "masajes".
-¡No estoy esperando a nadie!
-¿Entonces?
-¡Entonces qué!
-¿Con quién sube? Diga de una vez, porque le digo que no puede subir nadien, ni mujer ni hombre...digo a mi qué...
-¡Senorita, sólo necesito la regadera! ¿Qué no ve la mancha?
No se por qué diablos dije esto último señalando a mi cara, pero en efecto, como dije anteriormente,traía un "mugrazo" en la sien izquierda, y tal vez con eso pretendía llamar al bien juicio a esta mujer, que en ese momento me recordó mucho, incluso físicamente a la que resulta ser la jefa "undercover" de la agencia de inteligencia en Monsters Inc. Al principio pareció no importarle o no entender, pero después de 5 o 6 segundos dijo: "Bueno, tenga la 404 que es chica...pero no haga nada raro...y no puede subir nadien".
Además de la ducha más cara de mi vida, el resto del día incluyó elementos como mi primer encuentro con el canal Venus, obviamente porno y el único sintonizable en el hotel -de cuyos autopromocionales tal vez escriba algún día-; un cliente con mostacho a la "Don Porfirio"; el divisar a una excompañera de prepa que se puso "agarrable" -y que al tratar de saludarla cuando me sonrió se cerró el elevador, ¡carajo!; una playera de "100 años de mecánica cuántica" con un fotomontaje de un equipo de futbol de 1900 con los rostros de Heisenberg, Schrodinger, Einstein y compañía; la pérdida de la máscara de Universo 2000 ante Canek, y otros más. Sin embargo, sale sobrando un anecdotario del resto de un día que ya había perdido todo sentido desde tempranas horas. El episodio que inició tal sinsentido concluyó con el siguiente epílogo, acontecido al entregar la llave del cuarto, ya ataviado "como abogado" y por supuesto sin el mugrazo a medio rostro:
-Ya terminé. Le dejo la llave.
-¿De dónde?
-Pues del cuarto. Del 404.
-Y quien se la dió a usté?
-Usted, señorita, me atendió hace menos de una hora.
-No, yo no fuí. Yo se la di a un joven solo.. ¡y le dije muy clarito que no podía subir nadien! Si iban a subir dos hombres me vale,pos a mi qué, verdá, pero que vengan juntos, porque aquí no es de esos para esperar gentes...
domingo, septiembre 19, 2004
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7 comentarios:
Hola. Debo admitir que fuera de tu jerga abogacial, la cotidiana tampoco se te da mucho. Esto es, eres muy dominguero... Pero de todas maneras escribes bien. "Me sentí como leyendo al German Dehesa..." (diría un gañán). Cagado, coherente y entretenido.
La verdad es que está muy largo tu cuentito, así que los voy a copy-paste, lo imprimo y los leo todos en el baño.
Felicidades de tu site, voy a seguir navegando en ella a ver si hay algo más chido.
Por cierto, Soy jacobo. (la verdad me dio weba eso del sign in)...
me dio harta hueva llenar lo de los datos, pero soy Lorena mi querido Grinch. Que historia!!!! no manches solo tu vives esas cosas, jajajajajaja. y eso de ser todo hasta puto el mismo dia....JAJAJAJAJAJAJ!!!! Arriba el famoso y bien ponderado Grehesito Adorado, alias Elmer Gruñon o Grinch! Te Adoro Roco! Mil Besos, que orgullo que escribas algo tan chusco y desesperante en su momento de una forma tan chingona y mofandote de tu suerte!!!
Mi estimado Grehe: Ya no tiene tanto caso un cometario mayor, ya que te lo dije personalmete pero eres muy cagado. Este relato y la de la cantante estuvieron maravillosos, me reí muchisismo. Espero que ya no tengas contratiempos tan bochornosos en un futuro... o por lo menos que no involucren un hotel de paso.
Saludos.
Regina
Grehe, después de leer algunos comentarios que te han puesto, ya no sé si estoy reseñando un texto, o firmándote un yeso en una peda. "Vales mil guey! Ojalá solde pronto la fractura! " En fin, un buen texto es el que transmite exactamente lo que el autor quiere. Al ser una estampa cotidiana, tu estilo tiene que estar en consecuencia. Así, no hace falta que lo escribas en endecasílabos. Escribe, Grehe, eres mejor que algunos gueyes que viven de eso.
Válgame... Ya no sabía si había entrado al sitio de Grehe o de Goethe, o de Graham Greene. Coincido, pues, plenamente con todos, por mi vocación democrática. Ya alguna vez Aurelio Asiain había dicho que la historia del grito de Dolores estaba emparentada con el pedero "¿Qué me ves?" Ante tal demostración, callo, aplaudo.
Grehe soy Paula Dieguez, la dirección del site me la dio Lorena recomendando tu historia del "puente" del q no gozaste, de verdad q ese tipo de cosas solo le pueden suceder a alguien tan distinguido como tú jajajajaja espero q en el próximo año SI disfrutes
de algunos puentes pero siempre contando con el servicio básico de agua del DF. Espero q te vaya bien y suerte con tu web page.
Hola Grehe!!!! qué te puedo decir....me divertí mucho leyendo toda esa anécdota; la cual creo que sólo te pudo haber pasado a ti....me encanta la forma en la que relatas, haces pasar un buen momento a todos los que la leen. Sigue haciéndolo ok?????
Soy Adriana :)
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